Qué es ser un escritor

Lo busqué en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y encontré que no es más que una persona que, literalmente, escribe. Entonces descubrí algo: cualquiera puede ser un escritor. Al final nadie ha dicho que se necesita perfección, ni conocimiento, ni excelencia, ni aprobación. Por eso yo creo que lo único que se necesita es: pasión.

He conocido escritores que lo hacen en servilletas, otros que tienen diarios o libretas a mano, muchos que lo hacen en un computador y otros más que lo hacen en notas desordenadas del celular. He conocido escritores que no leen nunca un libro y personas que leen toda una biblioteca, pero no saben escribir más de un párrafo. 

Existen quienes se sienten cómodos en mundos de fantasía, cuentos, novelas e historias que salen de la imaginación. Pero hay también quienes están mejor en habitando su vida, los temas que conocen, sus experiencias y sus recuerdos y prefieren compartir desde la no-ficción. Están los románticos de poesía y los rudos del género negro.

Porque finalmente no importa qué tipo de escritor seas, importa lo que sientas. Y lo que transmitas, por eso siempre digo: “escribe el tipo de libro que quieres leer, no el que crees que a otros les gustaría”. Es que debe salir del alma, para que pueda tocar otros corazones y no de la mente, porque seguramente no despertará ninguna emoción. Y yo, aunque sea una postura impopular, sí creo que un libro que no genera sentimientos no es más que un montón de palabras agrupadas sin ningún valor real.

A veces los libros tienen más poder que las personas y conectan más que dos personalidades opuestas que no encuentran un punto en común. Porque los libros generan discusión pero sin posibilidad de réplica, inspiración pero sin necesidad de hablar, confrontación sin que haga falta pelear y reflexión sin tener que decírselo a nadie.

Porque sí creo que un libro es como un hijo, y que no exageran cuando los comparan. Disfrutas su creación, anhelas la idea, cuando estás en proceso todo se transforma en miedo y cuando está cerca de llegar te das cuenta que lo que tienes al frente es el resultado de lo que eres. Que está ahí y ya no lo puedes cambiar, que eres responsable de su vida para siempre, que es tu mayor orgullo y la continuación de tu vida. Es, tal cual, un hijo que nació de ti.

Por todo esto creo que el sentimiento de la página en blanco es lo más real que existe. He estado ahí y me ha parecido aterrador el cursor titilando sin parar, como esperando a que le des algo, impaciente porque tu lentitud y juzgándote por dejarlo perder su tiempo. Pero sí creo que lo importante es soltar el miedo y simplemente hacerlo, porque como dijo alguien alguna vez: “¡Salta! Ya encontrarás el suelo”.

Qué importa si al vecino no le gusta, si a tu mamá no le parece o a tu tío le parece vulgar. Escribir es un arte, y como tal, no puede ser juzgado, porque todo se vale. Así que si tuviera que resumir qué es un escritor, sin duda diría que es: un artista lleno más palabras que no deja que el miedo le amarre las manos.